sábado, 18 de mayo de 2013

Designios de Dios


Por Marines  Maal García



Recorre mi cuerpo, marca una historia, inclina tu cabeza que necesito besar tus labios y encontrar secretos en tus besos.



Una tarde abril, una de esas que los colores del ocaso llenan de armonía, una tarde  cuando  imaginé tu llegada, de esas que regalas  sonrisa  en busca de  caricias.



Caminaba por la orilla de la playa sola, acompañada de los pensamientos mas sutiles  y hermosos, pensamientos que me acercaban a esa persona que busco, que no encuentro, que se que esta allí esperando por mi, para llenar de besos la historia, para colmar de  pasión  la alegría de  fundirnos en un amor profundo.



La brisa  acariciaba la piel, la suave caricia de la esperanza embriaga y enloquece la necesidad de sentirse profundamente amada. Quiero tus manos  llenas de  magia erizando mi cuerpo, quiero tu piel  caliente junto a la mía, quiero expandir  mi corazón para que encuentres en él  lo que soy, lo que siento. Decir quiero  se transforma en deseos.



Agradables imágenes de  ese ser  llegan a mi en forma de suspiros, la tarde caía, solo sombras  notaba entre las nubes, hay un  agradable  matiz,  mis pies  se entierran en la arena, sensaciones  de cobijo tengo en ellos, me senté y los acaricié para llegar a la paz que anhelo, allí estaba inmóvil, respirando la quietud.



Se que pedir  un amor  va mas allá de la necesidad, amor hay en todo aquello que aprecias , admiras, desde ti,  quería ser amada  como mujer,  esa que espera la llegada, esa que besa a la despedida, esa que entrega y sigo hablando desde mi… oh Dios como recibirlo si solo lo se dar? Ya no encuentro manera de saberlo, pues hace tiempo que no soy amada. Se amar y callar, se decirlo, se sentirlo, se dártelo,  “SOLO SE DAR”.



Abre  tus brazos, querida amiga, el mundo esta a tus pies,  todo lo que  deseas  búscalo y encuéntralo, esta allí para ti, y si por alguna razón no encuentras  el amor entre un hombre y una mujer, tal vez Dios te tenga guardada otra misión de vida tan o más  importante. Saber utilizar la razón  ayudará a entender sus designios. Dios  conoce tus deseos y necesidades, deja que actúe en ti. Hoy quizás parezca un planteamiento sin importancia cuando hablo de Dios,  el tiempo cobrará sentido y  entenderás  lo que haz vivido. 


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