Por Marines Maal
Hoy salí al amanecer hacia el norte, con el viento a favor, la genovesa esta izada y no hay mal tiempo. Así que usaré la brújula y llevaré el barco rumbo franco sin parar hasta el nuevo puerto.
Grandes olas intervienen la mirada, remontando cada una diviso la inmensidad del horizonte. Allá voy donde la quietud es la armonía, he navegado horas, la tarde cae, la oscuridad la ilumina la luna, solo se escucha la melodía de las olas contra el casco, navegando los recuerdos, siempre estaré junto a ti.
Comienzo mis recuerdos lejanos cuando me enseñaste que navegar contenía el secreto de la libertad, sencillas y grandes travesías demarcaban las circunstancia en que cada uno vivía.
Aunque las velas se rompieran había una resaca de mar que indicaría hacia donde nos llevaría aun siendo desconocido el paradero, había una esperanza de llegar a tierra firme.
Nada se queda perdido, todo esta plasmado en el mapa de la vida.
Pese al haber perdido el rumbo, lograste volver disipando la ausencia, dimos la oportunidad de remontar la cresta de las olas juntos y dejar la estela marcada de una historia.
Gracias por permitir un te quiero en tu boca, gracias por darme la oportunidad de sentirme protegida.
Gracias Papá.
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