Por Marines Maal García.
Queriéndote en penumbras de otoño, te sumerges en mi ser llenando de sendas maravillas el perfecto y acomodado cuerpo, inequívoco sentimiento brota, suficientes latidos invaden la constante dinámica, juntos esperaremos la aurora, juntos dormiremos al caer el sol. Explosivas sonrisas, toques de amor complacen antojos escondidos.
Tus manos en perfecta armonía rodean la piel, los latidos estremecedores cobran vida, la respiración corretea la locura, estas allí junto a mí. La presencia invade, complejas sensaciones, desesperados toques, sinfonía oleada, tú sobre mí invadiéndome, yo recibiéndote desesperada ante tu soberbia y desmesurada emoción.
Palpitando completas la sobrenatural experiencia atolondrada. Muero al estar contigo, momento de volátiles besos, labios en búsqueda de sabores, sensaciones que paralizan la respiración, vuelvo a ti, respiro, completas la figurativa imagen de mis recuerdos, cuando solo soñaba con el amanecer fundidos en uno solo. Aun en presente no despierto.
Experiencia absoluta, momentos concienzudos cómplices de pasión. Conociendo cada vez más los límites que desaparecieron, dejando que los toques guíen la existencia, completando tú en mí la unidad exclusiva. Fundidos con el sudor deslizando piel con piel, olor del amor. Delicado pensar, al terminar en caricias que completan tremendo momento que alimenta la vida, y rescata la emoción. Este amor.
Irrepetible sensación.
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