sábado, 25 de febrero de 2023

A Distancia

Por Marinés Maal García


Rasgados los ojos de aquel maravilloso hombre / cuerpo de seda, brillante y cadencioso /  alto, lleno de sonrisa y magia, allí estabas... para mi. 


Deseosos momentos entre  tu y yo, entre besos y caricias, a orilla de playa, rozar la piel, mojar  los labios  frente a la inmensidad de la querencia. Así somos, atrevidos y toscamente desesperados por  ser amados, volver la cara y sonreír al tan solo imaginar la piel desnuda.


Imaginar, soñar y saber que  la presencia tan solo por un instante abrigaría la pasión; sin dudas,  con la certeza de  una caricia  y la generosidad de la piel, más los avatares de  conexión interna, los juegos que  muchos conocemos y quedan en la película escrita en la pasión del ser amado y amar. 


Estamos ante la mayor y expectante locura de sentir sin ser tocado, de vivir  en  la distancia  procurando  fabricar  emociones al cerrar los ojos, conmocionar  las células y desarrollar  sensaciones  junto los latidos del corazón, desear  un toque, una caricia y sentirla  en quietud, en silencio... a solas. 


Somos seres  llenos de profunda gratitud, justificamos los deseos intranquilos dando paso al relax  en espera  de  cambios físicos, olvidados y frenados para no involucrarnos  en la presencia  del amor. La fragilidad  emocional se hace presente al amar, dejando la importante  y maravillosa  explosión  de  dos seres unidos  por la pasión, el deseo y el amor. 


Demostrar , hacer sentir y brillar junto otro es un cúmulo de  perfectas  energías.  


Locura es  pacificar el sentir  y aquietar la vida.



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