Por Marines
Maal García
Recorre mi cuerpo, marca una
historia, inclina tu cabeza que necesito besar tus labios y encontrar secretos
en tus besos.
Una tarde abril, una de esas que los colores del ocaso llenan de armonía,
una tarde cuando imaginé tu llegada, de esas que regalas sonrisa
en busca de caricias.
Caminaba por la orilla de la playa sola, acompañada de los pensamientos mas
sutiles y hermosos, pensamientos que me
acercaban a esa persona que busco, que no encuentro, que se que esta allí esperando
por mi, para llenar de besos la historia, para colmar de pasión la alegría de
fundirnos en un amor profundo.
La brisa acariciaba la piel, la
suave caricia de la esperanza embriaga y enloquece la necesidad de sentirse
profundamente amada. Quiero tus manos
llenas de magia erizando mi
cuerpo, quiero tu piel caliente junto a
la mía, quiero expandir mi corazón para
que encuentres en él lo que soy, lo que
siento. Decir quiero se transforma en
deseos.
Agradables imágenes de ese ser llegan a mi en forma de suspiros, la tarde caía,
solo sombras notaba entre las nubes, hay
un agradable matiz,
mis pies se entierran en la arena,
sensaciones de cobijo tengo en ellos, me
senté y los acaricié para llegar a la paz que anhelo, allí estaba inmóvil,
respirando la quietud.
Se que pedir un amor va mas allá de la necesidad, amor hay en todo
aquello que aprecias , admiras, desde ti,
quería ser amada como mujer, esa que espera la llegada, esa que besa a la
despedida, esa que entrega y sigo hablando desde mi… oh Dios como recibirlo si
solo lo se dar? Ya no encuentro manera de saberlo, pues hace tiempo que no soy
amada. Se amar y callar, se decirlo, se sentirlo, se dártelo, “SOLO SE DAR”.
Abre tus brazos, querida amiga, el
mundo esta a tus pies, todo lo que deseas búscalo y encuéntralo, esta allí para ti, y si
por alguna razón no encuentras el amor
entre un hombre y una mujer, tal vez Dios te tenga guardada otra misión de vida
tan o más importante. Saber utilizar la razón
ayudará a entender sus designios.
Dios conoce tus deseos y necesidades,
deja que actúe en ti. Hoy quizás parezca un planteamiento sin importancia cuando
hablo de Dios, el tiempo cobrará sentido
y entenderás lo que haz vivido.