Por Marines Maal García
Noche suprema, estabas allí,
la vida no hace destino, solo tráfico de humor alegre, sensación de un buen
vino, espumantes toques sumergidos en un
laberinto de olores y caricias.
Llegaste de forma singular, ni ojos tenia para mirarte, te integraste de
inmediato, fabricando fantasías en
un devenir de besos me encontré sumergida.
Deseos que colmaron hoy esta larga espera. Pienso en la inmensidad de la
creación, en la pureza de la ocasión, en la ternura de una caricia. Así eres,
maravilloso, placido, grande. Tus manos embriagan cada poro de mi piel. Sucede,
sucede que quiero parar el tiempo a tu lado, paralizarlo en medio de la
tempestad de la intimidad.
Felicidad es lo que brindaste, solo instantes, segundos llenos de suspiros, copos de azúcar sintiendo
boca a boca. Y volvería una y otra vez a
estar allí. En el espacio donde solo
cabemos los dos.
Siento algo extraño. Hallé en tu voz una explosión, montones de
pensamientos me adormecen, si creo que sueño. La grandeza de tenerte es el
camino perfecto. Noche de inquietante sospecha, terminar completamente seducida por la inmensidad del
sentir. Invade mis sueños, allí estaré segura y sin dudas. Te espero en la oscuridad de mis deseos.
Me doy cuenta, después de interminables meses,…………..no sabía donde me
encontraba. Perdida en un desierto, con sed y sin posibilidad de saber que a
unos pasos tenia agua para vivir.
Estoy viva, con suficiente
agua, ¿tienes sed?, llega a mi oasis, hay suficiente para los dos.
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