Por Marines Maal García
Te he buscado entre multitudes / perplejos quedan
mis ojos al descubrirte cercana / años de impecable silencio roto.
Aun sorprendida me encuentro al saberte una pieza de mi gran rompecabezas, esa
que sentí perdida abandonando por completo mi mejor juego. En el había colores difusos,
blanco, negro y tonos de grises, transformados en tonos pasteles al
colocar la pieza que faltaba.
Hoy logré ver mejor
los que contenía mi juego, las sombras no permitían entender que había detrás de
esa maraña de grises. Centenares de
personas pasaron por casa para ayudar a
buscar la pieza, nadie había podido tan siquiera construirla, jamás encajaba
en el espacio.
Habían pasado
alrededor de 7 u 8 años cuando perdí la
pieza, definitivamente sin ella no se podía
culminar el juego que tanto me gustaba. Cuando lo juagaba era feliz. Sin embargo
sin ella no lograba recordar absolutamente nada. Cuanto silencio y neblina había
en el recuerdo. Tenía vagos instantes de apreciable felicidad parecida al
juego. Pero jamás era el juego
La tenia cerca, es una pieza enorme, de esas
que no pasan desapercibidas, siempre
brillaba, no solía verla por que jamás creí
que la encontraría. Un día de esos sin importancia fui sorprendida al pasar a su lado, como si
tuviera brazos, tiró de mi, caí a sus pies y casi me habló. Solo tuve fuerzas
para mirar hacia arriba, en un despertar divisé su tamaño, su color, llenando
de profunda felicidad, gritos y alegría mi alma, había encontrado mi pieza, el juego lo volvería
a sacar del baúl. Decidí desempolvar y sacar el juego, comencé día a día, pieza
a pieza a reconstruir cada paisaje,
coincidiendo cada pieza, encontradas todas y cada una, reconocí que pase
años ciega, años deseosos de olvido.
-Cómo pude guardar mis mejores sentimientos en una
pieza que rompecabezas, cómo pude cerrar mi vida como cerré el baúl, cómo pude
tan siquiera pensar que no habían más juegos?
Que egoísta fui. Cercené años.
El tiempo ya no es materia, si aparecen en el
camino nuevas ocasiones de juegos
diferentes, no dudaré en jugarlos. Encuentro razones
para no depender de una pieza de rompecabezas, en muchas ocasiones no
existen explicaciones basadas en pérdidas. Son pérdidas aquellas que están perdidas,
perdidas en el contexto físico, no pérdidas en el contexto espiritual. Lo que
quiero mantener conmigo permanecerá, aquello que nuble mi vista estará perdido sin haberlo tan siquiera
visto. Lo perdido, perdido se queda.
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