viernes, 8 de junio de 2012

Tuya yo



Por Marines Maal García

Soñados  presentes diste /  Guardián de mis sueños /  guerrero implacable / amor perfecto.

Vivir  tus besos dieron luz a mi existir, la calidez de tus labios alimentaron la sonrisa.  Calmar  la sed con tu cuerpo envolvió de placer  el momento. Delicado aroma  tengo de ti en mí. Apenas partiste note que ya te extrañaba, volviste a mi puerta para amarnos  delicadamente y en un abrazo  sentir que  jamás estaremos solos por que este amor es eterno.

Entraste en mi vida sin mediar permiso, invadiendo profundamente, entregada  a ti, abiertamente y sin dudas ni limites selló  para siempre el pacto notorio entre los dos. Embriagados de placer, bailando el amanecer, ahí estábamos,  esperando un toque, una caricia, recostar mi cabeza en tu espalda dejó  el recuerdo más  maravilloso, fotografía inolvidable. 

El agua que corría sombre mi pelo  y tú mirándome con esos ojos brillantes, como si fuese la diosa más hermosa, ¡como se enriquecía el instante!. Limpiar tu espalda con roces jabonosos, incentivaba el placer, resbalaba las caricias. El aroma penetrante del deseo fundía nuestro sentir. 

Compartir el desayuno es delicia y manjar, tu y yo juntos, cada bocado se hace una mirada  picara y sensual, pequeñas cosas se engrandecen con tan solo una caricia. Amor maravilloso, sentir  excitante. ¿Cuantos amores existen como  el nuestro? Muchos solo que callan y hasta mueren sin contarlo.

Transcurrido el  tiempo, el sentir está intacto, ya no somos niños, nos hacemos el amor en pensamientos llevándolo al presente a cada instante.  Cada día te respiro, cada día me amas delicadamente.

Todos tenemos un amor lleno de locura, que trasciende todo las expectativas, que  pese al silencio, amas de igual manera. Recuerdo que   cuando  conocí a este hombre del cual me enamoré  me dijo. ...  . -terminaremos juntos – jamás tan siquiera tome atención. Cuanta verdad había en esas palabras. 

Soy tuya y tu mío, pasamos horas discutiendo que nadie pertenece a nadie, que ironía terminamos convencidos que nosotros vivimos en ese paréntesis, donde  somos uno de otro.

Hoy me siento tan tuya como ayer, mañana es un tal vez. En nosotros es un SIEMPRE.
Tuya yo.

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