Por Marines Maal García
No encuentro la salida / No hay laberinto / No hay vías / No hay vientos / brumas / escogencia de vida.
Desde estas cuatro paredes puedo contar que conozco todas y cada una, dibuje en ellas años de vida. No es mi potestad salir de este silencio, he llegado a mantenerme horas mirando al mismo sitio, caminado luego y volviendo a la misma posición. Cuando se esta en confinamiento se es prisionero de uno mismo.
Han pasado un par meses, fui autor de mi composición de vida. Forje lleno de falsas ideologías esta vida que hoy me encarcela.
Escuche muchas historias de héroes de los años 60 quienes “supuestamente” luchaban políticamente por un país mejor, yo crecí con el sentido de poder lograr las cosas fácilmente, pues entre mis héroes habían historias de asaltos como los de Robin Hood.
Mi vida se volvió fascínate, retos que algún día contaría a mis hijos, yo quería ser su héroe.
Escribo estas letras por que el encierro me esta matando, las esperanzas caen, la fiebre de necesitar tanto a mis hijos arde cada día, sobre todo en las mañanas, cuando mi hijo se me abalanzaba arriba, extraño su voz, extraño su risa.
Recuerdo en mi niñez reunidos, los viejos contando una gran proeza, de algún personaje que cambiaba su pelo se unía a otros y lograban tumbar paredes por un botín, cual película de acción, como me reía al escuchar la historia. Que errados estaban, marcaron a todo aquel que escuchaba semejantes pilladas. Secuestraron nuestro intelecto, y me encerraron en el túnel interminable del pensamiento en el encierro.
Si, mostraron de la vida el lado político sin la más mínima posibilidad de tomar decisiones y menos de llevar la contraria, ¿por qué uno de nosotros no podía pensar diferente? Respuesta: seria vetado de por vida, reflexiono… mas vale haber tenido la fuerza y respetarme a mi mismo para no haber caído en este silencio, en esta prisión de pensamientos, que es más cruel que el mismo encierro.
Mi alma se empobrece cada día mas, las esperanzas se disipan, aun en este castigo que pago, seré el héroe de mis hijos por que tengo la fuerza de reconocer que los mapas de vida son patrones paupérrimos que me marcaron.
Aprendí que lavar platos es más útil que sentarme a escuchar pilladas. Que el café que me tomo lo hubiera compartido al lado de mi esposa de haber escogido mejor la vida.
Estoy aquí aguantando, que soledad tan grande, espero cada domingo para un apretón de manos, conservo el teléfono como el único enlace con la vida, ayer recibí un mensaje que me derrumbó, solo decía te quiero.
Tengo sólo muchos meses, años que corren sin darme cuenta, ya la pared me cuenta sus historias donde soy el actor principal, deliro pensando en el encuentro con ustedes, desde este confín puedo solo decir les amo, me hacen falta.
Cometer errores no quiere decir que estoy muerto. Aun estoy vivo.
Nota del autor: En memoria de quien esta en confinamiento. Pensamientos que llegan del silencio. Te extraño.