miércoles, 15 de junio de 2022

Yo me llamo Ana

Por Marinés Maal García 

Destellos brillantes  en cada atardecer / somos  aire /  acaricio tus mejillas /  eres  la tierra  que piso /  frenecí y placer  sin luz. 


Filamentos  de color rojo dentro de aquella flor  blanca que dejaste caer por  el pecho de la mujer amada. Así es  la ternura dibujada a través de la ventana de  tus pensamientos, aquella que dejaste abierta  la tarde  fresca el mes primaveral. 


Recuerdo el saguán que atravesaba  la casa  blanca en el pueblo donde  crecí, tenía el mejor jardín interno, lo recuerdas?  se que  lo  imaginas mientras describo sus  paredes  corrugas pintadas con cal, el piso de cemento pulido brillaba tanto, que se podía ver reflejada la  figura con el resplandor de luz. Había un reloj  que avisaba  cada hora, era un cucú negro y grande con un péndulo  dorado avejentado. Las puertas a lo largo dibujaban cuartos enormes de camas de caoba  fuertes y macizas, con colchas tejidas con pabilo, aromas  a humedad con temperaturas frescas. La cocina se veía desde  la sala que más bien era  el gran salón frente a helechos que bañaban de verde el pasillo hasta aquella cocina, siempre con olor a café recién colado. 


Ese hogar donde  cultivamos nuestro  amor, Soy  Ana y Juan el amor de mi vida,  soy atrevida y el un bonachón que le encantaba cada tremendura que se me ocurre, la sociedad de la época era  diplomática pero cercenadora ante una mujer feliz y dichosa de su  compañero, ese que los viernes después de trabajar compartía con  sus amigos y corría a casa a  ver  que había inventado. Al llegar a los 50 años aún  tenia un cutis perlado y la alegría era  evidente, Juan un poco mayor  comenzaba a verse atractivo y señorial, eramos la mayor atención de aquel  pequeño pueblo. No tuvimos hijos, dedicamos sus vidas a hacer de aquel amor la fórmula de la juventud. 


Las conocidas en reuniones me pedían  que  les contase un poco de  mi  alegría y otras que escuchaban horrorizadas con ganas de  ser  alegres, la bondad  es un arte que cumple con regalar un poco de brillo y destellos cada atardecer en aquellas tertulias antes que llegara Juan. Juan recuerda  que yo mantenía la cama  lista para cobijarnos, lo más preciado era justamente ser  uno solo cuando cocinábamos, paseábamos y hasta en los que haceres que terminaban en placeres  de aromas y café frente al atardecer. 


Les contaba como Juan deslizó flores sobre mi cuerpo desnudo, todas con suspiros, y querían saber  como Juan hacía del amor un éxtasis.... Así eramos, las almas de nosotros revolotean en la casa blanca, muchos dicen que nos  sienten riendo cada viernes atardecer...



Cuéntale a  tu amor las flores que te gustan y pregúntale que  aroma prefiere en tu piel, has de vuestro momento el sendero de una vida amable, se amor y da amor, el mañana no existe, realiza tus tremenduras, se mejor que ayer. 


Dicen que la felicidad  tiene nombre y apellido.... cual es tu nombre?  

... yo me llamo  Ana.



jueves, 2 de junio de 2022

Caricias acumuladas

Por Marinés Maal García 


Cómo saberte, dónde  te encuentras?  aquí estoy andando poco a poco para que alcances  el  encuentro, somos almas  libres  despegadas del suelo, como hadas en vuelo.


Nunca he dudado que  las almas  se encuentran , se envuelven en un matiz de pasión,  figuras  desnudas, poros  erizados al tocarse. La estructura  corpórea  es un esqueleto  dominado y seducido por el  deseo infinito de sentirse, Vibraciones  que pasan de uno al otro.


Imaginarse en la espera por el resto de la vida, compartir frente a frente lo esperado, es un espectro más allá del  placer, es un volcán de días  sin ti, es  un alma de mares de amores, grandes espacios de  titiritares al escucharte. Dónde y cuándo navegarás en mi. y yo fielmente  tomaré el timón para guiar  con dulzura  la esperanza y el deseo de ti. 


El embrujo no tiene  herramientas, desnuda la piel y el alma.  Besa  y besa, colma de  amor y ganas de  vivir. El encuentro es una bienvenida  ante  el proyecto más hermoso, el amor es un sentir complejo y grande que fascina y llena de placer, fundirse  en contracciones y silencios, verbos  íntimos sin temor a  repetirlos. 


Tengo ganas de contar cada  momento, ser  parte de ti, hacerme la idea que  estás, recordaré cada  risa, cada despertar en ti. Te extrañaré  sin olvido, estaré en cada vuelo de emociones, bañaré del amor más ciego y sin razones esta manera de  vivir. Ser y sentir  elevaciones juntos volando entre nubes blancas como seda de mi cama.  


Sobran las razones, te voy a amar,  volarás  en vuelo conmigo y vibrarás cada instante. Tengo caricias acumuladas, tengo besos en espera. Tengo abrazos que enlazan y encantan  por el calor de mi cuerpo... en espera  tuyo..


Sueños despiertos... más vivos que nunca.