Por Marinés Maal García
Estas letras están dedicadas a madres como tu y como yo que aún en vida perdimos un hijo.
Era tan pequeño, tan dulce, tan el, llenó mi oscuridad de luz, amaneció el día en que llegó a tocar su mirada con la mía. Sus ojitos marrones, su sonrisa y ese jugar en la cocina juntos al crecer.
Recuerdo la primera vez que sentí que cada ser pequeño depende de uno, cada paso a nuestro lado, cada corre abuela es lo que deja vivo el corazón, que un hola mamá buenos días ! es más grande que ganarse la lotería.
Muchos olvidan que es una madre, juzgamos y enjuiciamos, sin percatarnos que sienten tanto como tu, como yo, que la falta de un hijo rompe los esquemas, destruye las células y malgastan verbos suplicando amor en medio de arrebatos que no los leemos quienes decidimos ser duros y perdernos lo que es una madre..
Hemos perdido hijos en vida, otros han partido a nuevos mundos, todos esperanzados que algún día nos reencontraremos en el mas allá. Mientras los que perdemos en vida nos alejan por razones que no son comprensibles. Quizás desamor por distancia, o por que ya no eres parte de ese hijo.
He visto madres llorar en silencio sin decir .. cuánto te extraño o decirlo y peor aun sin respuesta ...
Te levantas y subes la mirada cada día, ruegas verle, la ausencia es un dolor unido al desaliento, con degeneración emocional y sobre todo soledad. Hay que vivir para algún día recibirle y decirle cuanto has sentido su ausencia. Decirle que perdonas su lejanía por que le amas.
Estas letras están dedicadas a llegar a esos hijos que por emociones lideradas por sentimientos indescriptibles dejaron a sus madres .. dejaron a sus abuelas , dejaron a sus hermanos o peor aún se dejó a si mismo. Perdieron la esencia por miedo y depresión, por que aprender a vivir sin todo esto es triste, se vive en abandono.
Cuanta falta haces y no lo lees tan siquiera. Miro a lo lejos, no hay vía mientras no consigas el camino de vuelta.
He dejado huellas para que nos reencontremos.. No permitas que el tiempo siga corriendo, corre tu hacia mi que estoy muriendo al no tenerte.
Ojalá este escrito muy mio.... llegue a ti para que puedas regresar, tu mamá y tu hermano te están esperando. Te amaremos por siempre.
1 comentario:
Dios en su palabra hablo de todo por que El Todo lo sabe ...El Corazón de los Padres Debe saber esperar con Amor Lucas 15 : 11 Y Jesús dijo: Cierto hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos le dijo al padre: «Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde(A)». Y él les repartió sus bienes[a](B). 13 No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente. 14 Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces fue y se acercó[b] a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. 16 Y deseaba llenarse el estómago[c] de[d] las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Entonces, volviendo en sí, dijo: «¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; 19 ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores”». 20 Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó[e](C). 21 Y el hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo[f]». 22 Pero el padre dijo a sus siervos: «Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo(D), y poned un anillo en su mano(E) y sandalias en los pies; 23 y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijémonos; 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado(F)». Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas. 26 Y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello. 27 Y él le dijo: «Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado porque lo ha recibido sano y salvo». 28 Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. 29 Pero respondiendo él, le dijo al padre: «Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; 30 pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes[g] con rameras(G), mataste para él el becerro engordado». 31 Y él le dijo: «Hijo mío, tú siempre has estado[h] conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado(H)».
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