martes, 9 de abril de 2019

Oscurece, silencio..



Despertando  esta emoción  al saber que  la libertad esta cerca / los hombres vigilan / vienen  tormentas de arena y cielos  oscuros cuando la marea se vuelva turbia /  llena de dolor.


Aquel atardecer  se convertía, pasaba de azules naranja a  humo cuando las tanquetas  entraron en combate con  el pueblo. La calle, esa que  siempre nos gustaba por su brisa ya no se sentía, los hombre y mujeres corrían con pánico, ese mismo que sentías cuando tus padres desaparecían instantes y la soledad  inundaba el pecho.


El merendero del Sr Juaquin era refugio hasta que  las bombas rompieron  las paredes, yacían  cuerpos muertos, y aquellos  que aun respiraban desmayaban sus cuerpos a la revisión militar. Un coronel les  pasaba por la cara la punta de su fusil  para terminar que quitarle la vida al que  podría develar su identidad. Así es la dictadura, no hay testigos solo cómplices. 


La calle era un campo minado de  balas y perdigones de hierro, caminé sobre vidrios  cortando mis pies pues  la acometida militar  desde anoche ha sido incesante, muchos solo con harapos de dormir caminábamos sin sentido, yo he perdido,  no hay por que vivir, estoy muerta sin saberlo. estoy herida, sangra  mi corazón,  ya  no hay por quien estar. Toca  Luchar! era la única frase repetitiva en mi cabeza. 

Amaneció, descansaba en un rincón lleno de escombros donde el cansancio de tantas noches de  impaciente locura del poder  hundió entre  humo y fuego la vida. Conservaba en mis manos la libreta con algunos números y direcciones de algún personaje, respiré y me di cuenta que nadie podría saber ni quien soy,  ya habían pasado días entre  la sed y el hambre sentí no saber  ni reconocer  la calle, algún anuncio, nada, una laguna desesperó mi ser. Necesitaba volver a casa. 


Caminé hasta conseguir  un semáforo, busqué señales haciendo un esfuerzo para volver a casa, derrepente  sentí  que estaba cerca, un olor a  leña despertaba mis recuerdos, había sido tan  devastadora la lucha que  bloqueaba mi ser. Comencé a escuchar  gente  al son de trote y me asusté mucho, eran civiles con  banderas  cantando  el himno nacional,  ese que  dice, ¨Glora al Bravo pueblo¨, comencé a llorar, a tararear  junto a ellos, y terminé caminando entre ellos , al cabo  de unos  minutos  retorné y me dije  debes buscar tu horizonte, Volver a casa.  


Mi nombre era  Blanca Rodriguez,  edad 48 años y había salido de casa a luchar con la resistencia  contra la tiranía, habían pasado  meses, estaba en un pueblo al cual llegué después de mucho caminar luchando y huyendo de la escoria militar que convirtió en miseria al pueblo. por años desgastó y silenció para mantenerse  en el poder.


Volví a casa, conversar  era un cansancio pues aprendí en meses a estar en silencio,  luchar  y ser valiente  transforma de manera  ruda al ser humano,  un sonido fuerte  asusta, y la oscuridad  me recuerda  luces de balas que veía y muchas veces rozaron mi cuerpo. La libertad,  la soledad,  cuesta la vida de muchos. 


Aun en guerra, oscurece ...  en silencio. 







2 comentarios:

www.espejodeletras.com dijo...

Extraordinariamente ,sensible, expresiva,sensorial, muy adecuada y con capacidad de reflejar una visión de la realidad muy particular e íntima

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Extraordinariamente ,sensible, expresiva,sensorial, muy adecuada y con capacidad de reflejar una visión de la realidad muy particular e íntima