Por
Marinés Maal Garcia
Impredecible
lo que el corazón repica, late al escucharte más y más fuerte, qué
estado de locura se engendra en mi ser. Terrible sensación de
querer estar y no volver.
Hace no mucho te encontré pero ya estabas allí como sello en la
piel, frecuencias eléctricas entre dos que no necesitan hablar.
Besos húmedos , insaciable sentir, besos largos acompañados de
abrazos, apretados instantes, respiración dedicada a sentirte. El
chance es un beso, el chance en un mínimo acercamiento, como una
película te repites haciendo volar las ganas de un labio rozando
el mio, tus manos en mi pelo acercando nuestros rostros
acariciándonos con la piel, el ritmo del cuello suavemente roza tu
cuello, reconociendo la sensación más dulce dentro del erotismo
pleno del momento.
Te quiero dentro de un esquema de un cuarto, singular forma de amar,
a escondidas como si fuéramos delincuentes, juego equivocado de un
mañana vacío.
Te conformas, en ese cuarto las paredes y espejos reflejaron
instantes de entrega, entrega encubierta en un hasta pronto.
Tomar un aliento y tener la voluntad de decir, brinda lo mejor de
ti, te quiero a ti, recordar que solo es un recuerdo una vez más.
Personajes que se repiten a la entrada y salida de un Motel,
soledades y despertares en soledad, miedo a comprometer la vida,
amigos íntimos y lejanos que se cruzan el el centro comercial y
-hola que tal estas? Habiendo estado juntos la mañana anterior.
Muchas personas viven de esa manera, la realidad nueva es tener un
tiempo juntos en nuestras vidas. Agradecer poder sentirte amado un
instante, al bajar del carro, vuelta al vacío. Lo triste es no poder
olvidar lo hecho , hecho está. Caminas y notas que tu camino es en
unitario, frecuente sensación de poder, vas seguir adelante solo,
pensar que vendrá un mañana y quizás volverás a besar ese labio
húmedo y te acariciaran hasta saciar lo insaciable.
Amar es de insaciable sentir.