Por Marinés Maal García
Al lograr las metas por tus propios méritos aparece ese sentimiento complejo de alegría, felicidad y satisfacción.
Lograr metas por medio de la mentira no permite ni siquiera un sueño reparador. La frustración corroe el sentir y el avance por medio del poder se vuelve zona negra dentro de tu vida.
Libre albedrío lo tenemos todos, fantasmas por malas acciones aparecen e interrumpen tus pensamientos. El perdón no está en los demás. Perdonarte a ti mismo cuesta, pesa tu karma.
Cada día sorprende como la verbalización es una doctrina idéntica, un cúmulo de centenares de personas sin poder transmitir ningún hecho fascinante, el fin, es inculpar a otros lo que no pueden lograr. Bendito aquel que logra servir sin cobrar.
Bendito aquel que mantiene su honor a pesar de la terrible y cercenadora realidad. Bendito aquel que con su limitada cultura no vende su vida al diablo a pesar de su hambre.
Mentira es esa que se adueña de lo que no es suyo, esa que revienta y envenena como víbora al pobre e indefenso perro que espera el hueso sin carne.
MCY482017