sábado, 22 de septiembre de 2012

El Cofre que llevo


Por Marines Maal García


Historias que por momentos, solo momentos parecían  brillantes caminos  que tomar / Emociones  palpitantes en la vida corta de una mujer que ya no tiene que contar.

Tuve un  sueño, estabas allí sentado obviando mi presencia, sensaciones  impactaban cada recuerdo, podía mirarte y tus ojos  jamás miraron los míos. Que revelación; cuando el amor muere, mueren los recuerdos.

Hoy me levante como sepulturero, con mi pico y mi pala, abrí un hueco. Pase largas horas sentada  frente a la sepultura de  los recuerdos. Tome cada  año de mi vida, separé cada  momento. Dividir recuerdos no fue tarea fácil, comencé a desglosar  cada historia de mi vida, podría  enumerarlas, son grandes capítulos llenos de amor, tristezas y alegrías, muchos hoy  apagados por el matiz de la soledad. Saber que guardar complicó mi sentir, no quería desprender de la vida aquello que me dio felicidad, es trillado, muchas vivencias  las  amo aun, pero debo desprenderme de ellas.  

Las  hojas en blanco volaban con la brisa, en blanco por que no están en mi, en blanco por que cada una  han sido borradas en la memoria, o eso quisiera, en ellas se fueron los recuerdos que me atormentan,  vacios momentos impregnados de soledad, allí cayeron en el hoyo, en el fondo bien profundo, donde  nadie los encuentre, seria un mal presagio caminar y toparse con una de esas hojas en blanco.

Decidí conservar un cofre, es tan pequeño que pocos recuerdos caben, guarde mi niñez, mi juventud, mis hijas y la familia,  nombres de quienes hoy siguen en mi presente, es necesario  abrirlo  para centrarme y reconocer a quien me debo. El ser humano siempre voltea hacia atrás en busca de los recuerdos, sin percibir quienes están a su lado. Cuando se entierran los recuerdos  no se podrán sacar más, llovió y el lodo borro la sepultura. No hay vuelta atrás.

Al fin vuelvo a casa, es un luto lo que llevo. Se que  algo me dolió muy dentro, aliviándose  extrañamente. Murieron muchos instantes que por cierto ya no recuerdo, ¿de donde vengo?  No lo se.

El cofre de madera que llevo en mis manos  no pesa , lo abriré en mi cama  para saber que lleva dentro.